Sobre el Cartel de la Semana Santa de Sevilla 2019
Sobre el Cartel de la Semana Santa de Sevilla 2019

Por si alguien no lo sabía ya, soy de Sevilla, pero no una sevillana cualquiera. Por más que me guste viajar, conocer lugares nuevos y por más que sueñe con la posibilidad de dar la vuelta al mundo, tambien soy de esas que dicen “en Sevilla hay que morir”.
Sevillana de pura cepa como soy, nacida casi al lado de la basilica de la Macarena y viviendo toda mi vida en Triana, casi al lado de la Iglesia de San Gonzalo. Hija y nieta de ebanistas con obras tan destacables como el paso del Cristo de las Penas de la Hdad. de la Estrella, el paso del misterio de la Presentación al Pueblo de San Benito, el paso del misterio de Sagrado Decreto de la Trinidad o el paso del Cristo de la Salud de los Gitanos y con una madre capillita de esas que le gusta echarse a la calle desde el Viernes de Dolores, lo raro sería que yo no saliese también capillita. Y es por parte de este motivo que escribo esta entrada, ya que hace poco se dió a conocer el que será el cartel de la Semana Santa de Sevilla 2019, realizado por Fernando Vaquero.

 

Según cuenta el mismo, Vaquero tenía intención de que su cartel tuviese un cuadruple contenido: evangélico, sevillano, cofrade y personal, pero la idea no llegó tan facilmente y no fue hasta que, un día, viendo la película de Amargura (una película documental de 2018 sobre la Hdad. de San Juan de la Palma), escuchó de voz del narrador la siguiente frase sacada de las lamentaciones de Jeremías: “Oh vosotros que atravesáis el camino, mirad y ved si hay un dolor semejante al mío”. Y mientras escuchaba esa frase, acompañada de la imagen de la Virgen de la Amargura, Vaquero pensó lo mismo que yo he pensado alguna vez y puede que otros mucho también ¿Quién sufrió más? ¿Jesús o su madre? Una mujer que supo desde su concepción el destino de su hijo, que llevó esa carga en su corazón durante toda su vida, que vio como su hijo era despreciado, insultado, vilipendiado, torturado, humillado y finalmente ejecutado de la manera más cruel posible en aquella época. ¿Qué dolor hay más grande para una madre que ver morir a su hijo? Y más aun de esa manera.

Vaquero ya tenía una idea base, pero la idea final la completaría con otra película, esta vez con una hollywoodiense: “La Pasión”, de Mel Gibson. Y es que en la escena del descendimiento, cuando le dan a María el cuerpo de su hijo, esta, en silencio y sin lágrimas (tal vez porque ya no le quedan de tanto que ha sufrido), besa la mejilla de su hijo muerto y alza la mirada. En ese momento, la lamentación de Jeremias le vino a la mente a Vaquero. Así tomo finalmente forma la idea del cartel, mezclando la imagen que había visto en esa escena de la Pasión con la lamentación de Jeremias. Es decir, una escenificación de la decimotercera estación del Via crucis.


Fragmento de la película “La Pasión” de Mel Gibson.

 

Ya tenemos la parte evangélica que buscaba Fernando Vaquero para su composición. Para ver el lado Sevillano, tenemos que ver “El Descendimiento de la Cruz” de Pedro de Campaña. Dicen que Murillo se quedaba mirando este cuadro durante horas y que, cuando le preguntaron porque lo hacía, respondió: “Estoy esperando a que acaben de bajar de la cruz a este divino Señor”. Tal vez por eso pintó la escena siguiente, que fué la que acabó inspirando a Vaquero mientras se preguntaba ¿Qué hay más sevillano que Murillo?


Piedad de Bartolomé Esteban Murillo

 

La siguiente fase para la creación del cartel llegó en un boletín de la Quinta Angustia donde encontró un artículo en el que comparaba a la virgen que tallara Vicente Rodríguez Caso con la que pintara Murillo y, la verdad, cuando ví la comparación entre las dos imagenes, no pude evitar preguntarme si Rodríguez Caso se inspiró en Murillo para tallar a la dolorosa de la Quinta Angustia. Viendo que encagaría perfectamente en la idea de su cartel, Vaquero decidió que la cara de la virgen de su piedad fuese la de dicha dolorosa.


Fragmento del Boletin de la Hdad. de la Quinta Angustia comparando su Virgen con la de la Piedad de Murillo

 

Para el cristo, Vaquero no tuvo dudas: Tenía que ser el Cristo de la Caridad de Santa Marta. Y es que para él, este cristo y la virgen de la Quinta Angustia encajaban perfectamente para formar la piedad que tenía en mente. Solo quedaba un detalle: El sudario. Y como quería algo cofrade, decidió que no sería un trozo de tela sin más, si no una túnica de nazareno pues, en palabras del propio Vaquero, “el habito de nazareno es la prenda con la que se amortaja a un hermano cuando fallece para realizar la estación de penitencia definitiva.” Así que en homenaje al centenario de la composición de la marcha Amargura en 2019 y, creo yo que barriendo un poco para casa (Fernando Vaquero es hermano de la Amargura) Usó la túnica de nazareno de su hermandad como sudario.
Et voila! Tenemos Piedad para el cartel.

Para darle al cartel la sensación atmosférica de viento, decidió darle movimiento al manto de la virgen y al sudario de la cruz.
El detalle personal que añadió a la escena fue a San Juan, pero no uno cualquiera, si no el de su hermandad (no lo critico ni mucho menos. En sus mismas circustancias, lo más probable es que yo también hubiese barrido para casa). Su idea era que San Juan estuviese presente, pero a la vez apartado, como si se viese incapaz de interrumpir el dolor que padece en ese momento la Virgen.
Otro detalle a tener en cuenta, es el nombre de Sevilla que corona a la virgen, nunca mejor dicho, ya que al representar a la dolorosa con túnicas más tradicionales, en lugar de las de reina con las que procesionan, decidió coronarla de alguna manera y, para ello, usó el nombre de la ciudad. También, de paso, homenajea de esta manera a la Virgen de los Ángeles (Hdad. de los Negritos), que será coronada este año.
También quiso Vaquero representar en el cartel lo que se puede considerar el origen de la Semana Santa de Sevilla, los disciplinante haciendo estación de penitencia al templete de la Cruz del Campo, cuya escena se ve en la esquina inferior derecha del cartel, casi como si el Cristo de la Caridad lo señalara con la mano. Por último, la frase que inspiró a Vaquero a hacer este cartel.
Como detalle final, las proporciones del cartel (147 x 82 cms) está pensada para que se adapte a la resolución de dispositivos móviles, tal vez pensando que, en esta era de tecnología, la gente vería el cartel más veces por el móvil en vez de impreso.


Proceso de creación del cartel de la Semana Santa de Sevilla 2019.

 

Y ahora mi opinión:
Como ya dije ante, el dibujo es impecable. El de todas las figuras, pero sobretodo me fascina el Cristo de la Caridad de Santa Marta.
Soy hermana de San Gonzalo y siempre he visto como mucha gente ha intentado dibuja a mi Cristo del Soberano y a la Virgen de la Salud con mayor o menor éxito, pero nunca llegaban a ser perfecto, así que imaginaba que dibujar una imagen de Ortega Bru era muy difícil (tirando a imposible). Entonces llega Vaquero, hace una piedad con el Cristo de la Caridad (no creo que os sea difícil adivinar que también es de Ortega Bru) y ¡Bum! Juro que me extrañé al principio porque hubiesen decidido este año hacer un fotomontaje, pero no, es una pintura. En ese sentido tengo que decir que chapó por Vaquero.
Sin embargo, la atmosfera me parece demasiado oscura y tenebrosa (que no dudo que historicamente sea correcta). Aun así a mi no me convence. Y ya ni hablemos de la esquina superior izquierda del cartel. Puede que la intención de Vaquero fuera reflejar el viento en el sudario que pende de la cruz y en algo de movimiento en el manto de la Virgen (que creo que, si hay viento, debería moverse más el manto), el caso es que el sudario no parece que cuelgue de ninguna cruz, ya que esta se intuye a duras penas (más bien se ve una escaleras supuestamente apoyada en la cruz) y me da la impresión que en el cartel no aporta nada, lo que hace que se vea, a mi parecer, como si hubiese puesto el sudario para rellenar un hueco que se le quedaba vacío. Algo parecido podría decir del San Juan que hay detras de la Piedad. No se como se verá en el cartel impreso, porque no he tenido oportunidad de comprobarlo aun, pero dependiendo de la resolución y la luminosidad con la que hayan subido la imagen a cada página en la que he buscado, el San Juan se pierde en el fondo al punto que, a veces, ni se vé. Se que la idea de Vaquero era que este no interviniese en la escena principal, pero tal vez no debería de haber puesto tanto constraste de luz entre San Juan y la imagen de la Piedad y creo que es algo que Vaquero debería de haber tenido en cuenta, sobretodo cuando hace un cartel con la intención de que la gente lo vea fácilmente en los móviles (o eso quiero entender al haberlo hecho con las proporciones que mencioné anteriormente), pues dependiendo con la que se suba la imagen y de lo bueno (o malo) que sea el móvil, habrá gente que solo vea la Piedad y a penas intuyan a San Juan.
Por último decir que hay algo que me choca en como está el Cristo sobre la Virgen y sobre el sudario, como si le faltara algo. Casi parece como si el cristo no proyectase ningún tipo de sombra en ningún lado. Ese fue otro motivo por el que pensé que era un fotomontaje, porque el Cristo parecía que lo habían puesto en una especie de “Copy/Paste”, pero bueno, puede también que la vista me engañe o que no esté interpretando correctamente la imagen. Como ya os he dicho, esta es solo mi humilde opinión.

Posteado por InmaBC85 0 Comentarios

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